Hija mía:
No sé por qué es tan difícil el escribir a lo que se quiere, será que a veces no se encuentran palabras con que expresar esa grandeza de sentimientos que nos hace ser tan vulnerables. Creo que apenas ha pasado un día y no esos hermosos quince años que ahora cumples, solo le pido al hacedor de las cosas que me dé la dicha de verte cumplir siquiera por siete veces, el mismo número de años, así eso signifique una cantidad enorme de calendarios.
Haciendo un poquito de historia, hoy… Reconozco que estaba tan asustado cuando ibas a nacer que no parecía el cuarto parto de tu mamá sino el primero, y que huyéndole a ese temor, Salí de viaje para donde tu abuela, abrigando la secreta esperanza de encontrarte ya nacida a mi regreso.
Hago una aclaración; hasta ese momento no conocíamos el sexo de la personita que esperábamos, pero tanto tu mamá como yo, rogábamos a Dios que no bendijese con una nena, como efectivamente sucedió. Bueno siguiendo el relato, a la caraja de tu mamá (no sé cómo lo hizo) le empezaron los dolores de parto tan pronto yo llegué, y ahí si empecé yo a parir, estaba en el pasillo del centro de salud, sudando frío y retorciéndome las manos, hasta que la señora Ada salió contigo en brazos y me dijo, buen señor Posada llegó lo que buscaba, es padre de una nena…
Que alegría ha significado para tu madre, tus hermanos y para mí ese hecho, hoy solo quiero agradecerle al señor por haberme permitido ser tu padre y, te pido que tengas presente siempre en tu mente, que no hay nada más grande que la grandeza del señor. Me pediste un poema de regalo y no he sabido cómo poner en el papel, ese cúmulo de sentimientos, así que antes de eso, te quiero regalar unos consejos que la vida me ha susurrado en la existencia, a punta de golpes a veces y con experiencias gozosas otras.
1. Encomienda todos los días de tu vida, todos tus actos a Dios, y, pídele capacidad de discernimiento, para que sean bien encaminados, según las reglas divinas.
2. Nunca permitas que tus sentimientos dejen de expresar lo que sientes, pero, que no sea este el motivo para que se te obnubile la razón.
3. Recuerda que el patrón de medida para dar y recibir esta en cada uno de nosotros.
4. No es necesario experimentar con lo que sabemos de antemano el daño que puede causar.
5. Sé justa, pero recuerda que siempre hay la oportunidad de darse y dar otra oportunidad, siempre y cuando se quiera corregir lo que debemos corregir.
6. Cuando entregues tu corazón, dáselo a quien te sepa valorar, no sin antes mirar cuanto valoras tu a esa persona.
7. Vive cada minuto de tu vida con el santo temor a Dios, pero vive cada momento con gozo y ganas sanas.
8. Ten siempre presente que a pesar de las reprimendas de tu madre y mías, siempre lo hacemos según nosotros, con la más sana intención y buscando lo que consideramos que te sirve; sin embargo somos humanos y como tal, danos la oportunidad de equivocarnos.
9. Recuerda siempre y tenlo presente “El lazo más sagrado que existe es el de la sangre” y por eso primer Dios y después nuestra familia.
10. Por último, ten siempre presente que el mayor legado que se le puede dar a los hijos es la educación, y que nuestra satisfacción es verla compensada con sus logros, así estos no nos incluyan.
Hija esperó que con este pequeño decálogo vislumbres lo que espero que tú consigas, pero esta en ti llegar a esa meta. Te quiero no sabes cuánto, pero el día que lo quieras saber, llámame, y ten la plena seguridad de que si no estoy por voluntad de Dios en este mundo, no sé cómo carajos hará él, pero si no me da permiso me le vuelo, del lugar de donde este para acudir a tu llamado.